Los Visigodos en Galicia
Bienvenidos a una nueva entrada al blog, hoy hablaremos sobre el reino visigodo en Galicia
Para empezar, los visigodos casi no estuvieron en Galicia en comparación con los suevos, el anterior pueblo del que hablamos, no obstante, eso no quiere decir que no estuvieran presentes en momentos importantes.
Como ya mencionamos en el post anterior, en 446 un ejército de «federados» visigodos al mando de un magister utriusque militiae llamado Vito fue derrotado por los suevos cuando intentaba recuperar la Bética para el Imperio. Dos años después moría Requila al que le sucedió su hijo Requiario (lat. Rechiarius). Este intentó en primer lugar fortalecer el reino suevo para lo que intentó un acercamiento al reino visigodo de Tolosa de Teodorico I casándose con una princesa visigoda. A su vuelta de la corte visigoda apoyó una nueva revueltaque había estallado en la Tarraconense, sumándose al saqueo y al pillaje. La revuelta bagauda fue finalmente reprimida por el un ejército visigodo al mando de Federico, hermano del rey Teodorico II. En cuanto a los suevos firmaron en 453 un acuerdo con un representante del Imperio, el comes Hispaniarum Mansueto, para poner fin a sus incursiones en la Tarraconense.
En 456, el rey visigodo Teodorico II inició una gran campaña militar para extender el reino visigodo de Tolosa hacia Hispania lo que llevaría a enfrentarse al creciente poder del reino suevo. Así el 6 de octubre de 456 tuvo lugar una gran batalla a orillas del río Órbigo entre el ejército visigodo comandado por el propio Teodorico II, detentando la autoridad que le había conferido el emperador, y el ejército suevo. El resultado de la batalla del río Órbigo fue una gran derrota para los suevos que vieron como a continuación su capital Braga era ocupada por los visigodos y su rey Requiario era apresado y ejecutado en Oporto. En su lugar Teodorico II nombró un gobernador de nombre Agiulfo y a continuación se dirigió a Mérida, donde conoció la muerte del emperador Avito. Teodorico II volvió precipitadamente a la Galia, pero dejó un ejército en Hispania que se apoderó y saqueó diversas localidades de la Meseta superior como Astorga, Palencia y el castrum de Coyanza (Valencia de Don Juan).
En 457 Agiulfo, el gobernador nombrado por Teodorico II, se rebeló contra este, pero fue derrotado y muerto. Teodorico II reaccionó a las revueltas enviando a la Gallaecia un ejército mandado por un comes visigodo, Sunierico, y el magister militum del nuevo emperador Mayoriano, Nepociano, que atacó Lugo, y se apoderó en el 460 de Santarem en la Lusitania. Cuatro años después moría Frumario por lo que el reino suevo quedó bajo la autoridad de un único rex, Requimundo, que fue reconocido por el rey visigodo. A partir de entonces Teodorico II mantuvo una especie de supremacía sobre el nuevo reino suevo unificado cuya consecuencia principal fue la conversión del rey Rechimundo al cristianismo arriano y la de otros muchos suevos.
Requimundo intentó acabar con la tutela visigoda y para ello inició un acercamiento con la aristocracia galaica y del norte de Lusitania, que dio como resultado la entrada pacífica del rey suevo en Lisboa en 468, plaza que le fue entregada por la nobleza de la ciudad dirigida por un tal Lusidio, y ello a pesar de que en la primavera de ese mismo año los suevos habían saqueado Conimbriga.
En 538, en la que se observa la plena libertad de la que gozaba la Iglesia católica que era la de los galaicorromanos en un reino confesionalmente arriano: «su jerarquía episcopal puede comunicar libremente con el exterior, edificar iglesias, tratar de parar la conversión al arrianismo de antiguos católicos, así como hacer proselitismo de su credo», afirma Luis A. Gómez Moreno. Este mismo historiador señala que la integración entre ambos sectores dirigentes del país (suevos y aristocracia galaicorromana) pudo desarrollarse, a lo que parece, en un clima esencial de paz exterior. El aislamiento geográfico de las tierras centrales del reino suevo, y su relativa pobreza, constituían ya una inmejorable base de sustentación para dicha paz exterior, que ahora, además, se veía favorecida, desde finales del siglo V, por la creciente debilidad de su gran rival en la Península: el reino visigodo.
Además de eso, queremos destacar un mapa hecho por los visigodos en esa época donde muestran todo lo conocido del mundo en su momento.
El Anónimo de Rávena (Ravennatis Anonymi Cosmographia), conocido también popularmente como Ravennate, es un texto compilado por un cosmógrafo cristiano, hecho en el siglo VII (aproximadamente sobre el año 670), manejando documentación de siglos anteriores (siglo III o siglo IV), con muchas corrupciones y variantes introducidas luego por los sucesivos copistas medievales, en el que se describen itinerarios romanos.
Se trata más que de una cosmographia, como el mismo autor la llama, de un catálogo nominal de tipo cosmográfico que abarca todo el mundo conocido hasta aquel entonces. Posteriormente la obra fue dividida por los primeros editores en cinco libros.
I Libro: Conceptos geográficos y descripción de la Tierra, donde explica que toda la extensión de la misma está rodeada por océano y es iluminada completamente y al mismo tiempo por el sol, ya que la concibe como una superficie totalmente plana.
II Libro: Descripción de Asia
III Libro: Descripción de África
IV Libro: Descripción de Europa
V Libro: Descripción del Mediterráneo, con una relación de islas en los distintos mares y en el océano.
El Anónimo de Rávena constituye una valiosa fuente escrita a tener en cuenta para el estudio de las calzadas romanas. No obstante, no proporciona las distancias entre una mansión y otra, limitándose solamente a consignar el nombre de éstas y las líneas de ruta, listando alrededor de 5300 referencias, entre ellas unos 300 ríos, siendo el resto ciudades. Sólo en el libro V ofrece algunos datos de distancias y algunas de las ciudades se enumeran por provincias, aunque de un modo bastante desordenado e irregular. Añade al Itinerario de Antonino nuevos nombres de ciudades o "mansiones" (lugares con posada) nacidas posteriormente y seguramente tuvo la misma fuente de inspiración que la Tabula Peutingeriana, aunque a veces el Anónimo de Rávena incluye datos más completos que la Tabula
No hemos encontrado mucha información sobre los visigodos en galicia, así que hablamos de lo que encontramos junto con los suevos, así que la bibliografía es la misma.
Entrada realizada por: Carmen María
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